Como muchas personas, Paul Gonzales desconfiaba en la reducción de riesgos. Estando él mismo en rehabilitación, su propia experiencia le hizo seguir un programa estricto de 12 pasos para la abstinencia. Esa experiencia no se alineaba con su nuevo trabajo en la organización en la que trabajaba: distribuir kits de inyección más segura para ayudar a reducir la propagación de infecciones.
“OK, entonces, ¿estamos facilitando que la gente consiga jeringas limpias?” dijo Gonzales. “Recuerdo decirme a mí mismo, ¿qué estoy haciendo?”
Sin embargo Gonzales, quien es ahora el director de servicios y alcance en Bay Area First Step, mantuvo una mentalidad abierta. Luego, fue testigo del poder liberador que tiene la reducción de riesgos y la conexión de compañeros.
Su equipo en la organización de tratamiento por abuso de sustancias y vivienda dirigida por compañeros, la cual presta servicios en los condados de Coos y Curry, empezó a trabajar con un hombre que consumía heroína y metanfetamina, proporcionándole kits de inyección más segura. Con el tiempo, llegó a interesarse en el tratamiento y comenzó uno con suboxona para tratar su trastorno por uso de opioides. Mientras tanto, seguía consumiendo metanfetamina, para más tarde sentirse listo para tratar esta adicción e ingresó al programa de tratamiento ambulatorio de Bay Area.
“Ahí es cuando pensé, OK, aquí hay algo que está funcionando”, dijo Gonzales. “No estamos solamente facilitando el uso. Estamos tratándolos con respeto y dignidad, e intentando mantenerlos a salvo. Eso realmente cambió mi manera de pensar y continúa haciéndolo”.
Otra experiencia que reforzó su nueva manera de pensar sobre la reducción de riesgos, fue ver con sus propios ojos cómo el acceso a jeringas limpias estaba reduciendo la propagación de hepatitis C por medio del estudio Oregon HOPE realizado por Oregon Health & Sciences University. Observó que los mayores grupos compuestos de 10 a 15 personas infectadas con hepatitis C, no tenían acceso a servicios de jeringas y las compartían. Cuando las personas obtuvieron acceso a suministros de inyección más segura, los grupos se redujeron a dos o tres personas.
Para Gonzales, los beneficios de la reducción de riesgos eran indiscutibles. Los suministros de uso más seguro y prevención de sobredosis mantenían a la gente viva y más sana. Distribuir los suministros ayudó a formar un vínculo de confianza entre los proveedores de tratamiento y la gente que consume drogas. Para cuando las personas finalmente se sienten listas para recibir tratamiento, ya tienen un compañero o proveedor al que confían para recibir apoyo.
“El tener estos suministros es lo que nos permite conectarnos con la gente”, dijo Gonzales. “Vienen a platicar con nosotros porque tenemos los suministros necesarios para mejorar sus vidas”.
Salvando Vidas Oregon y la Alianza para la Reducción de Daños han sido instrumentales para alcanzar a más personas, salvar más vidas y ayudar a más gente a recibir tratamiento.
Gonzales dijo que el acceso a naloxona ha sido especialmente importante porque es costosa y obtenerla de farmacias puede provocar un estigma. Sin embargo, la naloxona es esencial para salvar vidas. Una vez que se la distribuye, las personas que consumen drogas regresan por más, lo que indica la gran necesidad.
“No todas las personas que conocemos vienen para rehabilitarse, pero creo que si no estuviéramos haciendo esto, hubiesen muchas más personas con sobredosis y que pierden la vida”, dijo Gonzales.
Gonzales indicó que las alianzas comunitarias también juegan un papel vital al aprovechar al máximo los recursos y el impacto. Antes de ser un aliado de la iniciativa Salvando Vidas Oregon, HIV Alliance, miembro del equipo directivo de la iniciativa, ayudó a Bay Area First Step a adquirir kits de inyección más segura.
“Es muy útil tener ese tipo de colaboración con otras agencias porque se evita doble trabajo o ayuda a llenar los vacíos donde no se están satisfaciendo las necesidades de los clientes”, dijo Gonzales.
